Esta semana que apenas pasó fue una verdadera montaña rusa de emociones, por un lado inicio con la alegría que me da el hacer lo que mas me gusta, estar pensando en música el 80% de mi tiempo. Pero como todo en esta vida, tuvo su reacción a tanta felicidad el miércoles cuando se desató la más cruel y fuerte batalla entre mi padre y yo.
No explicaré detalles de lo que pasó, preferiría escribir por todo lo que mi mente ha pasado desde entonces.
Porque todo mundo quiere hacer algo para hacerme sentir bien?
Digo, lo agradezco y mucho, pero porque no entienden que hay momentos en los que me gustaría estar con mi dolor, que no solo me gusta estar bien, también me gusta sentirme derrotado, abrumado y deshecho por dentro.
No en un contexto masoquista, solo que para superar algo, lo tienes que sufrir desde el corazón pasando por la sangre, las venas y sudarla por todos los poros de la piel. Siempre me ha cagado cuando alguien sufre y todos le quieren hacer fiesta. Además es difícil poder decir, quiero sentirme mal por un rato, no me estén chingando. Es difícil porque te tachan de perdedor, de emo, de depresivo etc. Lo que no entienden al menos en mi caso es que como ya no quiero estar teniendo episodios de dolor y stress por el tema, prefiero que me tire unas 2 o 3 días para superarlo al 100.
Porque cuando peor estás todo el mundo se siente el superheroe y te quiere rescatar? Me dan ganas de gritarles que estoy condenado y que nadie me puede salvar, aunque es mentira claro está.
No es reclamo para nadie, ni mucho menos un manual de cómo tratarme, solo saco un poco de presión del nudo de ideas que tengo en la cabeza.
Espero (como lo siento ahora) ya esté pasando lo peor, porque a final de cuentas ya lo sufrí, grité, lloré y viví. Solo me resta aprender de esto, encontrarle el lado positivo y continuar hacia adelante.
Los que me apoyaron, gracias, no es personal y pueden seguir haciendolo.